Algo personal...

lunes, 27 de octubre de 2008


No me podia despedir de la ciudad sin pena ni gloria. La pena es soportar el cemento y el cristal que sepulta nuestras almas en edificios que hacen la funcion de gigantescos panteones grises y homogéneos, estériles y deprimentes. La gloria son esas noches de musica, luz y alcohol, de miradas anónimas y de vivir como una estrella del rock maldita sin tener que demostrar nada. Se acaba mi condena voluntaria, regreso dentro de nada, mi maleta notablemente mas vacía, dejo en la ciudad muchas cosas superfluas que me lastraban. Siempre digo me lastran, pero quiero decir me lastro yo mismo, vosotros me entendeis, llevo tanto tiempo afilando el cuchillo, que puedo cortar el nexo que sea, sin que apenas se note el brillo afilado de mi navaja guiñando un ojo al sol, sin dolor, sin pena... Me llevo, eso si, algunas inquietudes que tengo que atajar asi que en mi montaña me vereis dentro de poco, buscando otra vez, como lo llevo haciendo toda mi vida, el remedio que calle mi conciencia.
Mis nudillos pelados me recuerdan que no soy tan joven ya, mis piernas cansadas me gritan que me siente a descansar de una vez, mi espalda me envía punzantes mensajes suplicando piedad, pero mi cabeza, eso es otra historia. Mi cabeza se gira con cada movimiento de caderas insinuante, mi cerebro se desconecta ante cualquier provocacion, mi sonrisa sigue siendo sonrisa de cabron, y mi mirada provoca mil peleas, discusiones y en alguna ocasion el interes de gente mejor que yo y posiblemente menos conscientes de lo que es bueno para si mismos. Mis manos son lo único que mantienen el tipo, son lo unico que esta a la altura siempre. Me dejan tocar todo lo que se pone a su alcance, dibujan y pintan por mi cada vez mejor, mucho mejor de lo que yo mismo estoy dispuesto a permitirles. Golpean y acarician sin rechistar, no me juzgan y yo las adoro por ello.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué son esas tantas cosas que dejas en la ciudad, que te lastraban, que trajiste y no te llevas? A lo mejor puedo custodiar alguna
¿Qué inquietudes que tienes que atajar te llevas?
¿Cúal es el remedio que calla tu conciencia?
Por favor no cambies la sonrisa y la mirada de cabrón, siempre sirve para parecer fuertes aunque a veces nos sintamos desvanecer
Gracias por todos los comentarios que dejaste en mi blog, tengo que decir que son muy técnicos y me abre la curiosidad. Un beso

Israel Mann dijo...

Los comentarios que deje es cierto eran tecnicos, otra vez pregunta mi opinion o cual seria el curso de accion de la gente y preparate para sorprenderte. ;)
Besotes.

Anónimo dijo...

Ahora te estoy preguntando y no contestas

Israel Mann dijo...

Dejo atrás miedos que ocupaban mucho sitio y calentaban poco en las frias noches de la montaña, pierdo unos oscuros ojos de mujer que nunca me miraron con amor por mucho que intente engañarme, me llevo las ganas y la fuerza de ponerme a pintar otra vez despues de dos años escondiendome de mis pinceles, y mi remedio es liberarme, sufrir otra vez pintando que para mi es un proceso penoso y triste que me trae recuerdos que nunca logro desterrar. Nunca puedes huir demasiado lejos, aun en la montaña, lo que mas daño me hace soy yo mismo...

Anónimo dijo...

Siento decírtelo y tú también lo piensas, por mucho rodeo que des los muebles de la casa siguen estando ahi aunque ahora mucho más llenos de polvo y como tú dices no puedes escapar de ti mismo. Deberías llegar, darle un enorme beso a Nancy y ponerte a pintar sin más vacilación