Ciclicidad inexorable y pajaritas

sábado, 18 de octubre de 2008


Es de noche, siempre tengo la misma actitud de hámster vagabundo. Nunca tengo sueño cuando debería, y es en estos momentos precisamente cuando mas activo me encuentro. Esto es lo que me ha pasado hoy...
Todo en mi vida parece revertir de manera inexorable a su comienzo una y otra vez, a perpetuidad. El mismo ciclo mecánico que rige las mareas, el dia y la noche, la migracion de las aves, y en mi caso las relaciones humanas. Estoy solo, en uno de los bares de mi adolescencia, que felizmente vuelve a estar abierto. Estoy solo porque de este humor no me apetece que nadie me aguante. Conducia sin destino fijo, y en un cruce me tropiezo fugazmente con otro coche, con una cara conocida, una Lolita que hizo de mi corazon su parque infantil hace casi diez años ya. En cualquier otro momento hubiera sonreido y hubiera continuado mi errático peregrinaje sin destino sin pensar mas en ello, pero en la radio sonaba requiem por un sueño asi que decidi darme una oportunidad, mi momento de debilidad. Di la vuelta y la vi aparcando. Cuando me vio puso una cara rara, al principio de alivio, luego algo mucho peor. Estaba frente a ella, y temblaba, toda ella era un puñado de nervios mal atados. Me gustaron sus zapatos, tacones rojos, antes no los usaba nunca. Mi Lolita habia crecido, y también en cierto aspecto habia muerto, lo constaté al hablar cinco minutos con ella, no la encontré interesante, era una victima mas de la maquina de picar carne, se me habia escurrido entre los dedos y se habia perdido por el desague del burdel de la humanidad. Demasiado real de pronto, sin la magia que antes derrochaba, sin misterios prohibidos para mi, sin la posibilidad de desarrollar su propio mundo a su antojo. Un perfecto ser humano, preocupada por la compra, por la hipoteca y las putas letras del lavavajillas. Inalcanzable para mi de cualquier modo. Me enfadé conmigo mismo, por mi propia presunción de que la gente deberia ser mejor, por mi superficialidad maquillada de profundos sentimientos, porque pensé todo esto delante de ella y se me notó en la cara. Me disculpé apresuradamente mientras me marchaba y la dejaba alli, en la calle, abrazada a si misma con expresion de "acaba de pasar otra vez el tren pero este ni ha parado en la estación". Mientras conducia de nuevo lágrimas de furia resbalaban por mi cara, una vez mas creo que lloraba por otros, quién sabe. A los imbéciles nos cuida Dios, porque poco nos vamos a cuidar nosotros mismos. Copas se suceden en una cascada etílica que abre siempre las puertas a mis particulares fantasmas, que por lo general se apartan de mi bruscamente arrastrandose y gritando "pero que coño pasa contigo joder??". Escribo algunas cosas, dibujo bastante porque me ayuda a pensar y hago infinidad de pajaritas de papel, docenas, cientos que cubren la mesa y caen al suelo a mi alrededor. Quiero hacerme un ejército de pajaritas de papel y juntos conquistaremos este puto planeta de segunda para enseñaros a hacer las cosas bien. Ya borracho cojo el teléfono móvil (Dios, por qué no lo dejé en casa?) y hago unas llamadas. Llamo a algunas personas que hace años no saben nada de mi, creo que incluso a algun profesor de la facultad y creo que las cosas quedan mas o menos claras. Queda mas o menos claro que soy un psicópata que llama de madrugada a la peña y que esta borracho en un bar donde por si fuera poco empieza a tocar un grupo en directo. También mando algún mensaje absurdo que es lo mas parecido que conozco a pedir ayuda, preocupo a algunas personas y me siento fatal por ello de nuevo. Al salir del bar me tropiezo con un tipo al que no veo que me da un empujón por respuesta y yo sin pensar le parto la cara y lo agarro en el suelo. El tio me mira flipado, veo que me reconoce y que no le hace demasiada gracia. Mis malditos engranajes cerebrales oxidados funcionan a todo lo que dan. La música no me deja concentrarme, pero me parece recordar que estudiamos en el mismo instituto, donde por supuesto, yo no tenia demasiada buena fama. Estupendo. Aún no he decidido si darle otra hostia o invitarlo a una cerveza cuando la gente se nos echa encima. Agradezco muchisimo esto, casi riendo recibo muchos golpes mientras me sacan del sitio, no me resisto y dejo que la multitud hable con su voz. Me encantan las turbas, tienen algo de puro, de primal, de irracional que hacen que no pierda del todo mi fe en las personas. El individuo que se cree demasiado listo o importante, por lo general se aisla y perece ahogado en el mar de la mediocridad, rodeado de semejantes que al estar aislados como el, no forman un auténtico grupo y no llegan a ningun lugar. Sin embargo cuando diez o mas personas se juntas llevadas por la ira y el afan de destrucción, se muestran como realmente son, y eso resulta siempre revelador. No hay nada nuevo dentro de nosotros, es mas, no podemos aprender nada ni nos pueden convencer de nada, sólo de lo que ya se halle dentro de nosotros mismos aún en forma de idea latente o inquietud fugaz. Estoy en la calle, estoy de pie, no estoy inconsciente ni nadie me ha robado nada, podria ser peor no? Espero que mis pajaritas estén bien, ya son mayores y tienen que ver mundo por ellas mismas...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Encuentro tu última entrada totalmente positiva excepto por la última parte que no voy a comentar porque no entiendo muy bien como funciona el tema peleas callejeras, si es por demostrar quién es más macho, quien los tiene más gordos, si es por propia inseguridad o tal vez por total intolerancia. Es algo que si algún día llegamos a tener un mínimo de confianza me gustaría que me explicases.
Por lo demás las reacciones afectivas hoy te invaden, encontrar un bar que te resulta entrañable te hace feliz, te permites darte la oportunidad de un pequeño reencuentro con una mujer a la que un día, si no me equivoco y por como lo dices, amaste. Tienes un momento de debilidad con ella, te das cuenta que esa persona ha cambiado, que ha perdido toda su magia y eso te produce una profunda lástima que te provoca incluso lágrimas corriendo por tus mejillas, es muy tierno en serio, aquí has demostrado tener buenos sentimientos hacia los demás. Lo vuelves a demostrar cuando dices que te sientes mal por la gente a la que has molestado con tus llamadas y admites que has pedido ayuda aunque a tu manera, estoy segura de que los que te conocen lo entienden y no necesitarían ninguna disculpa por tu parte.
Y por si todo esto fuera poco estás construyendo un ejército de pajaritas de papel para mejorar el mundo…¿serviría para tu ejército un caracol de papel?

Israel Mann dijo...

Espero ese caracol para que comande mi incipiente ejercito de pajaritas exterminadoras. Quien sabe, lo mismo iniciamos un movimiento y todo. Seguramente te explicaré esos puntos "no tan negros pero decididamente nada luminosos"... algún dia.
PD Mejor tu foto de ahora, son cosas mias o estas en una nueva fase un poco mas "alta"? Me encanta verte asi, pareces mucho mas segura. Beso.

Anónimo dijo...

La verdad es que siempre estoy de buen humor y confiando mucho en mí misma, las poesías de soledad las escribo en un momentito de tristeza que pueda sentir en algún momento del día(puede ser añoranza de alguien a quien quería mucho y perdí) que se pasa en seguida, lo que ocurre es que a los demás nos impactan más las entradas tristes que las alegres y siempre tenemos un comentario con el que poder ayudar. En realidad anímicamente estoy muy bien, me quejo de vicio...Cuando quieras saber cómo estoy pregúntale al comandante caracol...
un besito

clara dijo...

Mira que lo hemos hablado veces,todo vuelve,eres como un imán,ejerces la misma atracción en las personas que la luna en las aguas marinas.
Hablas de sentimientos,es raro en ti,vas mejorando y vuelves a sorprenderme (me gusta).
No es malo pedir ayuda,no te sientas mal por ello,estamos aqui para algo,otras se dedican a enviar mensajes a altas horas de la madrugada, no sé si para pedir ayuda, para reclamar atención, porque te echan de menos o simplemente porque están ebrias, el caso es que lo hacen.
Ah! Deja de meterte en lios por más que te guste, jaja.Besos.

PD. Hay café para todos, para tí y para tu ejército de pajaritas,os espero, impaciente claro, ya sabes que la paciencia no es una de mis virtudes.Más besos.