Réquiem

miércoles, 21 de enero de 2009


Como quisiera volver a soñar, aunque sólo fuera por una vez más. Cuando fué la última vez que viste llover de verdad? Sentado a solas en mi cuarto, miro a través de las ventanas y veo el agua que resbala por los cristales y más allá, sólo oscuridad y frío que hiela el alma. Recuerdo las mujeres que han pasado últimamente por mi vida, especialmente a una. Hoy varias personas me conocen por el mote que ella me puso, pero no saben realmente por qué lo llevo. El oso. No soy particularmente grande ni peludo, es algo que tiene que ver con mi actitud vital, algo que tiene que ver con ser omnívoro, copular hembras y ser violentamente territorial. Estuvo bastante acertada, por lo menos en eso. Por algún motivo que en este momento paso de analizar, sonrío al pensar en ello.
Como un gigantesco Buda pagado de sí mismo, me siento en mi montaña satisfecho a esperar acontecimientos, observando tras un gesto imperturbable el ir y venir de las personas que pasan ante mis ojos como fuegos artificiales fantásticos que brillan por segundos antes de apagarse para siempre. Hoy recibí un mensaje donde unos conocidos me contaban que su hijo, un recién nacido, había muerto. Dolor, impotencia, sensación de fútil esfuerzo y de taimada victoria de la muerte sobre la vida en su forma más inocente. Sigo siendo el perro vagabundo que necesita caricias y palos en el lomo a partes iguales, sigo necesitando unas respuestas que sé que jamás voy a encontrar, sigo buscando, aunque ya no sé ni lo que he perdido. Hoy el día es una mierda, hoy la noche es más oscura, hoy queda menos esperanza en el mundo...

Ravel y las manos ociosas

lunes, 12 de enero de 2009


Dicen que Ravel escribió su bolero siguiendo el ritmo con el que se masturbaba, lo comprendo perfectamente, yo hubiera hecho lo mismo joder. Aún así se me plantean dos preguntas:
La primera, cómo llegó alguien a enterarse de eso suponiendo que sea cierto? Acaso tenía un biógrafo al lado suyo todo el día con el consiguiente riesgo a salir salpicado?
La segunda pregunta que me hago es, escucho la suficiente música clásica?
Las manos ociosas son el juguete del diablo... El diablo se sienta de copiloto a mi lado en el coche, trastea con mis cd's un rato y pone uno a todo volumen, empezamos mal, suena Airbourne. Es en estas ocasiones que siempre echo de menos no ser uno de esos gilipollas new age que escuchan el canto de la ballenas, el apareamiento de los monos subnormales de borneo y los putos árboles mientras llueve en la selva amazónica. Antes de empezar a entrar en razón, ya voy a 160 por curvas de montaña traicioneras y heladas, el símil con mi propia vida es demasiado evidente, y sonrío. No es una sonrisa agradable, es mi rictus de loco para supervivencia en situaciones incómodas. Lo tengo muy bien ensayado, he tenido ocasiones de sobra para practicar. Como se llama a esa sensación que te asalta cuando entras en una curva demasiado rápido, sientes que el coche se desliza a duras penas sujeto por el vestigio del asfalto que aún toca tus neumáticos, y sabes que eres demasiado idiota para levantar el pie del acelerador, mientras notas una incipiente erección y no te puedes quitar de la cabeza la última mamada que te hicieron? Tiene nombre esa sensación? Debería tenerlo.
Dios ama a los imbéciles, de eso estoy seguro, nos ama. Cuando todo parece perdido irremisiblemente, pone en mi camino un todo terreno negro que va a paso de desfile del día del orgullo gay resbalando en la vaselina y cambia la música que suena por algo de Stevie Wonder, si no me equivoco Higher Ground, la música que puso Dios el séptimo día. Tengo que frenar. Podría adelantar en cualquier momento pero no lo hago, esta es la señal que buscaba hoy, es la manera que tiene el Señor de decirme: "Isra, gilipollas, afloja un poco o te voy a mandar a tomar por culo de una manera tan jodida que van a tener que reconocer tu cadáver por los pelos de los cojones que te saquen del culo..." Soy de naturaleza obediente y temeroso con las señales y revelaciones del mas allá, así que me dejo ir y disfruto del lento paseo de regreso a mi principado.
Acabo de llegar y he buscado en la wikipedia la biografía de Ravel, de donde saco esto:
"Reconocido como maestro de la orquestación y por ser un meticuloso artesano, cultivando la perfección formal sin dejar de ser al mismo tiempo profundamente humano y expresivo, Ravel sobresalió por revelar «los juegos más sutiles de la inteligencia y las efusiones más ocultas del corazón» (Le Robert)." Es cierto, se pajeaba mientras componía, por algún motivo no dejo de reir...

La fiesta de los pomelos

miércoles, 7 de enero de 2009


Feroces rayos de sol me despiertan sin piedad, no se que hice ayer, llevo dias perdido. Asaltan mi memoria imágenes salvajes de una navidad repleta de mujeres desnudas, lágrimas ajenas, fotografías a escondidas, alcohol y comida basura. Hoy debería estar nevando. Me pongo en marcha, en el río me lavo la cara, el agua helada me devuelve a la vida, respiro fuerte y escucho. Viento frío entre los árboles, algún pájaro despistado y ocasionalmente algún coche que pasa a lo lejos. Silencio dentro de mi cabeza por primera vez en mucho tiempo. Las imágenes se esfuman, las voces cesan. Sé que mi coche ha de andar cerca de aquí, en algún lugar. Siempre quise tener mi propio coche para poner sólo la música que a mi me gusta. La navidad termina, en mi religión, hoy se celebra el milagro de las cervezas, la vaselina y los pomelos. Con esta idea en mente voy una tiendita del pueblo y compro muchísimos pomelos, un cuchillo pequeño, vasos plásticos, hielo y ron. Quería comprar una de esas cosas que sirven para exprimir, pero la resaca y mi estupidez habitual confabulan en mi contra y ganan, no soy capaz de recordar como se llaman esos chismes. La señora que atiende me mira ligeramente inquieta cuando le pido un... y me quedo con expresión vacía mirando la nada durante un rato sin decir nada. Desiste del puto exprimidor, se van a dar cuenta, huelen el miedo, dice una voz dentro de mi cabeza, benditas voces. Entro al coche, está cubierto de una capa de hielo y es imposible conducir así. Hay una chica medio desnuda dentro, no recuerdo para nada su nombre. La despierto con el desayuno preparado, pone una cara muy rara al ver la mezcla y sale fuera a vomitar desnuda. Disfruto del espectáculo, se que es enfermizo, pero me pone ver a la chica al frío de la mañana desnuda. Cuando termina, lo hacemos una vez mas (sin besos por favor, no estropees la magia cariño) y la llevo a su casa donde le espera una preocupada familia que preferirán no hacer preguntas. Conduzco sin rumbo fijo, sin nada que atropellar, sin pensamientos inquietantes, sin conejos blancos ni chicas caimán por ningún lado. Por los altavoces suena "Wish You Were Here", canto en voz alta, pero no pienso en nadie en concreto así que todo está bien por ahora...