No me jodais!!

sábado, 13 de septiembre de 2008


El otro día dormía una merecida y reparadora siesta. A mi lado, Nancy, dormida y tibia como una pequeña gata satisfecha al lado del fuego. De repente el mundo se vino abajo. Súbitamente empecé a tener sueños terribles, por algún motivo mi mente desvariaba, mis depravadas neuronas se encendían y apagaban como un árbol de navidad lisérgico y grotesco causándome aterradoras visiones apocalípticas. Vi cementerios llenos de fango donde los cerdos se metían en las fosas y devoraban cuerpos muertos, vi hombres gigantescos de madera y alambrada que me acechaban de noche en la calle bajo la luz de las farolas, vi pájaros de acero que me sobrevolaban buscándome para despedazarme con sus acerados picos sanguinolentos mientras cagaban azufre hirviente... Abrí mis ojos... La pesadilla continuaba, en estas circunstancias siempre me cuesta un buen rato reaccionar. Llegaba a mis oídos una terrible música, el tipo de musica que escucharíamos un sábado por la noche si Hitler hubiera tenido un hijo con Frida Kahlo que se hubiera criado en un circo ambulante y que hubiera logrado dominar el mundo. Un tipo de música pavorosa, horrible, completamente degenerada, un tipo de música que solo cabe describir como... francesa. No sabia que pensar, aun tambaleante sali a mi balcon, testigo de tanta desdicha, desvaríos y desnudos diversos... No podía dar crédito, ante mi una enorme cabeza pelirroja me sonreía bobaliconamente, estaba claro, estaba teniendo un flashback, estaba metido de lleno en un mal viaje que solo podía acabar conmigo aplastado por un tren o ahogado en cualquier estanque, eso si no encontraba las llaves del coche desde luego... El coche. No era mala idea. De momento pospongo la idea, en mi delicado estado de cordura cualquier indicio puede ser esclarecedor, lo mismo que cualquier imagen desagradable puede desequilibrarme para siempre, arrastrándome a las mas profundas simas de la locura y la incontinencia urinaria. No os lo vais a creer, el puto conejo blanco había vuelto a la carga, esta vez acompañado. Ante mi puto balcon desfilaba el jodido conejo blanco seguido de una Alicia de cuatro metros de altura, tres psicópatas con batas negras danzaban y se daban patadas en el culo las unas a las otras como en una parodia indigente de los Hermanos Marx mientras esa musica no dejaba de sonar a todo trapo. No os miento, no exagero, es completamente cierto lo que os cuento. Nancy se había deshecho de todos los conejos blancos cuando entró en mi mundo y ahora este se exhibía delante de mis narices. Yo alucinaba, estaba frenético... la escopeta, necesitaba la escopeta. Apresuradamente entre en la habitación, me dirigía al armario y allí estaba ella. Nancy estaba de pie delante mio. Aun somnolienta pero dispuesta, vio mi cara, leyó en mis ojos la locura, la desesperación y cierto impulso homicida que eventualmente podría traerme problemas hasta en la montaña. Soy mucho mas grande que ella, en circunstancias normales no es rival para mi (en serio, es una chica joder, lo que pasa es que me dejé) pero estas circunstancias eran de todo menos normales. Casi sin darme cuenta estaba tirado en la cama, iba a protestar, me iba a rebelar, tenia que matar, era mi mision, las voces lo decían, las voces no se equivocan y me lo ordenaban... Se levantó la camisa sacó sus pequeños pechos perfectos y me los plantó en la cara. Llegó la catarsis de repente como una oleada de calor, de perfume a mujer en la cama y promesas de caricias debajo de las sabanas, se hizo la luz y oí las liras a mi alrededor. Fuera el mundo se acababa entre grititos de niños histéricos, música destemplada y patadas en el culo mientras a mi francamente me daba lo mismo. Le prometí a Nancy dentro de mi cabeza que no me conformare con nada menos que ella, lo mismo algún día tengo cojones y se lo digo. Ahora la busco en la montaña, se ha escondido de mi, le gusta jugar conmigo porque sabe que nadie sigue un rastro como yo, la puedo seguir a través de los caminos, de los bosques, de los rios, de los años...

1 comentarios:

isaac dijo...

Sigue buscando... tarde o temprano llegarás al Monte del Destino, aunque tengas que luchar a cuerpo y espada contra el conejo blanco y sus adoradores.

FUERZA Y HONOR!